miércoles, 15 de junio de 2011

VIEJBOOK III - Sobrenatural

Nada mejor que el viejbook para buscar fantasmas. O para encontrarlos por sorpresa. Algo peor que dar de pronto con alguien que no vemos desde hace décadas, es no dar con el personaje aunque probemos con seudónimos, abreviaturas, guión bajo y todas las formas posibles de mención.
-Este crepó-, sentenciamos trágica y velozmente. Y a veces estamos, lamentablemente en lo cierto.
Aunque también puede pasar que esté en la web solo de modo virtual. Porque el fulano murió pero quedó su lápida cibernética.
-Con razón no contestaba los mensajes-, pensamos sabiamente.
Todo lo cual me lleva a imaginar que no tardarán mucho los del famosísimo sitio, en integrar a sus ya innumerables servicios, una tabla ouija –de hecho ya hay en la red-, así como algunos otros elementos de comunicación entre las dimensiones. Para comunicarnos con el más allá. Y que los del más allá manden para acá sus “me gusta”, sus comentarios, sus eventos…
Podrían agregar, yo sugiero, cartelitos o iconos como por ejemplo: (bastante obvios) una manito haciendo los cuernos: el infierno. Dos manitos con las palmas abiertas, o sea alas: el cielo. Una mano con la yema de los dedos apretados, onda italiana de qué pasa: purgatorio. Y así sucesivamente. El problema, siempre hay uno, es cómo implementar del “otro lado” los comandos necesarios para que los idos de este mundo, el nuestro, puedan publicar sus propios comentarios, amén de cambiar la foto de su perfil, y poner nuevas imágenes…
Ya se lo estará pensando Mark Zuckerberg, que es un tipo muy listo. Y bastante ambicioso. Es más ya habrá mandado a alguno de sus programadores a la “otra vida”. Y que cobre allá. Además.
Tiempo al tiempo.
¡Las cosas de las que podríamos enterarnos! Si ya estamos pegados todo el día con la información que conocemos no quiero ni pensar si tenemos acceso a la otra.
Otro problema: la saturación. Teniendo en cuenta que hay más gente del “otro lado” que de éste, la cosa se complica.
Imaginen las solicitudes de amistad: menganito y veinticinco mil millones de personas ahora son amigos de fulanita. Y toda una chorrera de fotos imposible de mirar.
¡Y los comentarios!
-Le mande una solicitud a Cleopatra pero me contestó con unos dibujitos: un pajarito y un tipo de costado llevando una bandeja ¿alguien sabe leer jeroglíficos?
-¿Cómo es el pajarito? ¿Es un ibis?
-¿Qué es un ibis?
-Un pájaro de Egipto ¿tiene un pico largo?
-No, cortito, como el de un gorrión…
-¡Es twitter! Te dice que la sigas en twitter ¿para qué lado mira el tipo?
-¿El tipo de la bandeja? A la izquierda…
-¡Es twitter! Que la sigas…
-¿Y si miraba a la derecha?
-Que te sigue ella
-ah.
A ti y a otros trescientos treinta y dos mil doscientos cuarenta y un millones, les gusta.
¡Y el Dante!: “De haber tenido Facebook nunca hubiese escrito ninguna comedia, cazzo di macchina!
¡Y Freud!: “Acabo de comunicarme con Sófocles, y me aclaró unas cuantas cositas de Edipo: primero, que el personaje lo sacó de un vecino de un primo de él, que en realidad no había matado a su padre sino al padrastro, porque era adoptado, y la madrastra, bastante más joven, le arrastraba el ala, al muchacho o sea a “Edipo”, que no se llamaba así, sino Heráclito. Segundo, terminó ciego, pero ciego de amor, por la madrastra, a la postre madre de sus diez hijos. El chico había tenido problemas con su verdadero padre y se fue de su casa ¡porque le habían prohibido comer carne de cerdo! Como judío, lo entiendo, al padre, al verdadero…” (leer más, mucho, mucho más. Pero mucho, mucho más)
Al Rabí Jacob y a otras tres personas les gusta esto.
¡Y Nietzsche!: “Me retracto: Facebook no existe, es Dios”.
Groucho a Karl: “Nos hubiesen venido muy bien algunos de tus monólogos”.
Karl a Groucho: “Mi humor sigue siendo incomprendido”.
Groucho a Karl: “No vayas a creer muchos se parten de risa, mis hermanos y yo, por ejemplo ¡somos todos marxistas!”
A Carlitos y a otros ciento cincuenta mil millones le gusta. A Fidel y a otros treinta y cinco, no.
¡Y el ahora tan en boga “quedamos”!
Marilyn te invita a “quedar” en la nueva residencia de ¡Arthur Miller! ¡Guauuuu!
Asistiré. No asistiré. Tal vez.
Como hoy tengo que viajar en avión, pongo “tal vez”.

-¡Uy! Chicos, el tatarabuelo cambió la foto de su perfil. Y hasta “etiquetó” a la tatarabuela.
-Mami, esa no es la tatarabuela ¡no ves que es china!
-Tenés razón…¡qué viejo baboso!

El muro de John Lennon: “A ver si alguien puede mandarme para “este lado” a un tal Mark…Chapman de apellido, es por un asuntito que tengo pendiente. Pero sin violencia, todo muy pacífico…Díganle que quiero firmarle un autógrafo…Yoko, querida, actualizá la foto de tu perfil, y de paso poné esa en donde estábamos en pelotas”.
A George Harrison y a otras veinticuatro mil millones de personas les gusta esto.
Muro de Da Vinci: “¿Alguien sabe algo de Derechos de Autor? Tengo la impresión que me han plagiado un par de cosas…
Mozart: “Ponte a la cola”.
A Salieri y a otros quinientos mil millones de personas les gusta.
Mona Lisa: “Leo querido, nadie te copia, seguí dibujando. Ah, una pariente mía de la vigésima novena generación me preguntó si le harías un retrato ¿qué le digo?
Da Vinci: “Ahora no puedo, estoy muy ocupado con un tal Warhol che mi sono stufato , tutto il giorno il Popolo Arte, o il Popo…¡vaffanculo!
Mona Lisa: “¿Pero puedes o no puedes?”.
Da Vinci: “Madonna mía, es la última vez. Basta con los retratos estilo ´Mona Lisa´”
Mona Lisa: “No te quejes, que te hice famoso, papito”.
A Andy y a otros cuatrocientos millones les gusta.
En el muro de Mozart: “Viste, Ludwig, ahora podés registrar tu obra en MP3”
Ludwig: “Igual no escuchó una mierda…pero vi que me hicieron un montón de myspace”.
Mozart: “A mi también…¡Antonio, vos no estás ni en reverbnation, juá!
Salieri: “Amadeus, Amadeus…”

El muro de Stalin: “Y después decían que Siberia era un infierno, ¡lo que no es tener ni puta idea!
A Trotsky y a otros cuarenta billones les gusta esto.
Hitler: “¡Y que lo digas, Joseph!”
A Trotsky y a otros noventa billones les gusta esto.

Suena todo muy sobrenatural pero creo que Steve Jobs va por ese lado con lo de “La Nube”, aunque como con los extraterrestres, parece que todo es secreto de Estado.

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